Al camarada Montañéz

 

AL CAMARADA MONTAÑÉZ

 

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a metáfora según la cual los días grises anuncian infaustas noticias se cumple hoy. Con gran tristeza nos enteramos de la partida física de nuestro camarada Edgar Montañez. Uno de los imprescindibles. Revolucionario incansable. Forjador de utopías y sueños colectivos. Quijote que, cabalgando por nuestros ideales, batalló toda su vida contra feroces molinos de viento. Molinos que se encarnan en la tiranía del capital y en la rudeza de las clases dominantes.

Edgar nos enseñó que la experiencia de lo bello y lo sublime nos acompaña en cada momento de nuestras vidas. En realidad, como decía Adolfo Sánchez Vásquez, “Todos vivimos en ciertos momentos de nuestras vidas, en una situación estética... Ante la flor que se obsequia, el vestido que se elige, el rostro que cautiva, o la canción que nos place”. Por eso la lucha por el arte y la cultura es una lucha trascendental. No es una brega artificial por el entretenimiento, ni para lucrar a los mercachifles de la industria, sino por enaltecer nuestro paso por el mundo. Para estimular nuestro sentido estético y alumbrar nuevas maneras de sentir. Otras formas alejadas del gusto instrumentalista.  

Con nuestro camarada aprendimos que la pasión por la cultura nos aleja del campo meramente especulativo. Ese pathos nos eleva al plano de la militancia política, pero también forja la amistad y la camaradería de aquellos seres que comparten causas comunes. Sabemos, por tus invaluables lecciones, que: “El círculo de los que tienen un cierto trato con el universo estético y, en particular, con la producción artística, rebasa con mucho el de un círculo específicamente teórico o académico”. Por eso le rendimos homenaje a su memoria.

A su familia, compañeros de lucha y camaradas, les enviamos un abrazo solidario. Modestamente, a través de estas líneas, queremos significar nuestro más sentido pésame, subrayando que el camarada Edgar Montañéz siempre estará con nosotros y a él también dedicaremos nuestros esfuerzos y luchas por venir.